Dicen que uno siempre vuelve a los lugares
en los que fue feliz….yo le agregaría…."y que te hacen sentir esa felicidad de
ayer como si fuera hoy", pues fue lo experimentado por mí en la pasada celebración de los 125 años de
fundado el Colegio de la Presentación San Miguel del Rosario, reconocido como
el segundo colegio más antiguo del Departamento del Atlántico y del cual soy
orgullosamente egresada de su promoción “juventud reflejos de paz”, lo
experimentado ese día no podría ser mejor descrito en una frase que pareciera
de cajón….pero NO!
Torta de celebración de los 125 años. |
Como no recordar y revivir mis momentos de felicidad, ya que de esos 125 años cumplidos, 11 años me pertenecen, durante los cuales curse mi primaria y mi bachillerato para salir egresada hace 30 años, y que los sumo a los anteriores, los cuales también celebramos en mi promoción con bombos y platillos, como ya les había contado en una entrada anterior, gracias a un excelente comité que se puso en dicha tarea, y que aprovecho de nuevo felicitar y dar todos los reconocimientos en su afán de mantenernos unidas aun a pesar del tiempo y la distancia.
Esta celebración, bien la resume su actual
rectora, la reverenda hermana Margarita María Arango Palacio cuando expresó acerca de estos años de educación y formación: “que una exalumna de la Presentación
es como el fruto de una siembra que se ha hecho con la ayuda de los padres de
familia y la dedicación de sus formadores en el colegio´´, y en mi caso fue tal
cual, ya que fue literal el acompañamiento de mi colegio y sus maestros y por
supuesto las monjas, quienes junto a mi mamá sembraron las bases para mi
formación personal y académica de esa etapa escolar, cuyo resultado se refleja en el reconocimiento otorgado por la institución
como exalumna destacada, con el cual me siento honrada y aún más comprometida
para seguir predicando y practicando el lema de Piedad, Sencillez y Trabajo!
Monjas del Cosamiro. |
En mi caso particular agradecí a la Hermana
Luz Miriam Torrente, y tal como le dije: ni ella alcanza a imaginar lo que
junto a mi madre, lograron dejar sembrado y cuyos frutos hoy hacen mención, luego de que nos enseñaron a evangelizar
educando y a educar evangelizando. Por y con ellas, aprendí que el camino al
éxito y el triunfo no se labra pisando a otros, sino comprometiéndonos con
nosotras mismas, con la patria, con la iglesia y con Dios!!!